La digitalización necesita de unas competencias digitales que no todos los empleados tienen, por tanto, si aún no lo habéis hecho, valorarlas en las personas que componen vuestros equipos puede ser un buen comienzo. A mismos niveles de digitalización, recursos, procesos, etc., lo único que diferenciará a unas organizaciones de las otras serán las personas que las compongan y su capacidad de aportar valor añadido.
Si hay un concepto que ha tomado relevancia al calor del 2020 y que vivirá un crecimiento arrollador durante el 2021, es el de digitalización de la formación.
Digitalizar (registrar datos en forma digital) es algo que veníamos haciendo desde tiempo atrás en todas las áreas de nuestra vida personal (recordemos la revolución, por ejemplo, del paso a la fotografía digital) y en muchas de nuestra vida profesional pero que, en el caso de la formación, estaba bastante restringida al online y a la gestión administrativa.
En la consulta que la Comisión Europea para la Educación Digital realizó entre junio y septiembre del 2020, se puso en evidencia que el 60% de los consultados no habían trabajado la formación en formato digital antes de la crisis provocada por la pandemia mundial. Así mismo, el 50% declaraba su intención de mejorar sus competencias digitales a partir del confinamiento y el 95% que la crisis era un punto de inflexión.
Así lo asumimos las empresas que nos dedicamos a la formación y volcamos todos nuestros esfuerzos en digitalizar principalmente los programas que antes se realizaban de forma presencial (acogidas, competencias personales, compliance… e incluso, irónicamente, ¡programas de digitalización!).
No fue sencillo, ya que había que conseguir generar el impacto que para IMAN Formación es primordial en las formaciones, con las herramientas de las que se disponía y las dificultades que estas soportaban. Pero entre todos, y aquí fue primordial la colaboración tanto de clientes como de otras empresas del sector de la formación y las instituciones, lo conseguimos.
Nos dimos cuenta de que la digitalización necesita de unas competencias digitales que no todos los empleados tienen, por tanto, si aún no lo habéis hecho, valorarlas en las personas que componen vuestros equipos puede ser un buen comienzo. Aquí puedes consultar las áreas competenciales dentro del Marco Europeo de Competencias Digitales (DigComp) y encontrar recursos que te ayudarán a realizar esa valoración de tus colaboradores y establecer los niveles competenciales deseados según la posición en la organización para poder planificar las acciones formativas necesarias.
También aprendimos que hay varios niveles de digitalización de la formación y varias formas de clasificación. Por ejemplo, dependiendo de la interacción que los participantes puedan tener durante el desarrollo de la acción formativa, establecemos tres niveles de digitalización, baja, media o alta, que tendremos que sopesar según los objetivos y el nivel de madurez digital y profesional de las personas participantes.
¡Y qué decir de las formaciones online! Y de ahora aprender a desconectarnos… todo un reto.
Todo esto aprendimos, pero ¿Y ahora qué? ¿Qué formación digital nos viene?
Desde el Grupo IMAN, contando con la visión global que nos proporcionan nuestras diferentes unidades de negocio y escuchando las necesidades y expectativas de nuestros clientes, consideramos que será adaptada a la organización en concreto y alineada con los valores, estrategia, y personas que la componen. ¡Ya no sirve el “café para todos”!
Porque la digitalización será un conjunto de herramientas que nos una, que nos ayude a mejorar la producción, los procesos y a evolucionar como personas ya que, a mismos niveles de digitalización, recursos, procesos, etc., lo único que diferenciará a unas organizaciones de las otras serán las personas que las compongan y su capacidad de aportar valor añadido.
Necesitamos una digitalización que motive, que rete, que divierta aprendiendo a través de la gamificación y el uso de las artes y la imaginación, aplicada a un entorno tan sorprendente como nuestra capacidad de ser humanos.
Irene González de la Peña, Directora de Desarrollo en IMAN Formación
